Durante nuestro viaje a Oporto decidimos hacer alguna excursión por los
alrededores y la idea de visitar un viñedo y bodega del afamado vino de
Oporto nos sedujo desde el principio.
Es una excursión de un día que se realiza en barco subiendo por el Duero.
Son varias las empresas que organizan estas excursiones y se encuentran
en la orilla de Vila Nova de Gaia. No os será difícil localizarlas porque
aparecen anunciadas por todos lados.
El crucero sale temprano (único inconveniente cuando se está de vacaciones) y
comienza con un buen desayuno disfrutando de las vistas que nos alejan de la
ciudad para ir adentrándonos en el frondoso interior.
No podía imaginar que esta zona fuera tan verde. Sin ser del todo comparable,
me recordó mucho a los fiordos noruegos pero en pequeñito.
El barco tiene que atravesar la presa de Crestuma-Lever y salvar los 14 metros de
desnivel que el cauce del Duero sufre en esta zona. Para ello se utiliza un sistema de
esclusas que resultan de lo más interesante y se convierten en otro atractivo más de
esta pequeña excursión.
Grabé un vídeo del crucero en el que muestro detenidamente nuestra sorpresa y
descubrimiento del sistema de esclusas. Lo he subido a Instagram y os dejo el
enlace por si lo queréis ver (aquí)
Mientras descubríamos, comentábamos y teorizábamos este momento
tecnológico (el fundamento de Arquímedes vino a mi cabeza acertadamente)
nos agasajaron con un riquísimo vino de Oporto como aperitivo.
Creo que os he comentado alguna vez que no soy de beber vino pero debo
reconocer que me encanta el Oporto dulce y que nunca lo había probado tan
rico como los que tomamos en la ciudad portuguesa de la que procede. Imagino
que no será solamente por la calidad del caldo sino también el tomarlo en el
escenario maravilloso de esta zona portuguesa.
Y tras el aperitivo una rica y reconfortante comida seguida de café, al que debo
no haber necesitado una siesta después de haber disfrutado de los distintos
caldos que no estoy habituada a tomar.
Las quintas vinícolas empiezan a aparecer en ambas riberas del Duero, muchas
de ellas majestuosas, haciéndome soñar sobre su interior y el modo de vida en
ellas.
Y finalmente llegamos a la localidad de Peso da Régua donde se encuentra la
quinta en la que vamos a pasar la tarde: Quinta de Marrocos.
Esta quinta, situada en la orilla izquierda del río Duero, tiene su origen en un
monasterio franciscano que dio asilo a emigrantes marroquíes ofreciéndoles
trabajo en sus viñedos y de ahí el nombre de la finca y su bodega.
Es una de las más antiguas de la región y, a principios del siglo pasado, el
bisabuelo del actual propietario, César Sequeira, la adquirió.
La casa, original del siglo XVII, fue restaurada y decorada con antigüedades
familiares. Posteriormente se restauraron otras dependencias y a la actividad
viticultora principal de la quinta se vinculó el agroturismo de modo que podemos
alojarnos en sus preciosas dependencias y disfrutar la auténtica experiencia de
vivir en un viñedo.
Ofrece también cata de vinos, comidas y cursos.
En nuestro viaje estuvimos visitando las vides, la bodega y después nos
deleitamos con una cata de vinos del viñedo, que produce vinos de Oporto y
Duero.
La amable guía, Raquel, nos explicó al detalle todo lo relativo a la bodega.
Seguro que os habéis preguntado porqué hay telarañas en las bodegas. Pues
es la mejor y más natural manera de acabar con los mosquitos que podrían
estropear el vino.
Tras visitar las bodegas dimos una vuelta por el resto de las instalaciones
del complejo y las viviendas (una pena que no entrásemos en ellas) para
después realizar la cata de vinos.
En la fotografía posterior tres básicos de la cultura portuguesa: porcelana (Vista
Alegre, por supuesto), textil en ese precioso mantel y vinos del viñedo.
La cata de vinos estuvo acompañada por una riquísima mermelada artesanal
de naranja amarga (una de mis preferidas y estaba exquisita)
La vuelta a Oporto la hicimos en autobús lo que nos permitió tener una visión
distinta de la zona de viñedos y dormitar tras haber pasado un día intenso y
embriagado ;-)
Por supuesto nos llevamos algunas botellas de Oporto para disfrutarlas en casa.
Espero que os haya gustado este recorrido tanto como a nosotras.
A mí me ha encantado recordarlo ^.^
No soy de beber vinos pero curiosamente me fascina todo lo que rodea su producción, estética, cultura. Sin duda me apuntaría a una excursión tan genial.
ResponderEliminarLas fotos, como siempre, son excepcionales.
Besitos
A mí me ocurre exactamente igual, Isabel, no bebo prácticamente nunca pero siempre me ha gustado todo lo relativo al fruto de Baco, quizás porque procedo de La Mancha y allí hay una gran tradición vitivinícola ¡Gracias por acompañarme! 😘
EliminarMuy bonitas las fotos,.el lugar es precioso, si te gustan los viñedos, en el "garden route" en Capetown son conocidos por el wine testing. Sitios como Constancia wine farm. El Oporto es un vino dulce que está de miedo!.
EliminarMuchas gracias por el dato, Cristina, siempre me ha tentado la idea de visitar South Africa ¡Quizás algún día! ;-)
EliminarUn abrazo
¡Anotada queda esta preciosa y completa excursión, Piola! Los paisajes nos han parecido una maravilla, en realidad, Oporto entera lo es, incluido su vino, que ya hemos tenido el placer de catar allí...
ResponderEliminarUn beso enorme de las dos
J&Y
Así es chicas, ya me habían advertido que Oporto enamora y engancha ¡Ya tengo ganas de volver! 😉
EliminarQué tengáis un buen comienzo de semana 😘😘
Me encantan los cruceros, Portugal, el vino portugués sobretodo el dulce y la mermelada de naranja amarga!!! He disfrutado de este paseo igual que si estuviera navegando en ese barco y sabes porque?? Primero porque con tu narrativa consigues trasportarnos allá donde viajas y luego por el tamaño de tus imágenes, de verdad que es algo que me gusta muchísimo de tu blog. Luego dicen que el tamaño no importa, sin embargo sí importa. Hay una diferencia abismal entre una fotito chiquitita y una imagen a tamaño casi natural. P.S. Yo me habría echado un ratito de siesta porque tampoco estoy acostumbrada a beber vino y me da mucho sueño, pero sueños dulces. Besos y abrazos.
ResponderEliminarA mí el vino me da debilidad en las piernas y sueño, a veces incluso dolor de cabeza pero el Oporto no me provocó estos síntomas, quizás por la excitación del viaje y el estar ocupada grabando (en el autobús si que dí alguna pequeña cabezada ;-)
EliminarGracias por tus motivadoras palabras, María, viniendo de ti es un gran cumplido porque siempre he admirado tus fotografías.
Besos grandes <3
Una excursión fantástica Piola! Se nota que la has disfrutado al máximo y no extraña porque esos paisajes son de ensueño y la visita a la bodega toda una experiencia! Tomo nota!
ResponderEliminarBesos
Oporto enamora y engancha, Cristina, igual que su exquisito vino.
EliminarLo disfrutamos realmente mucho y estoy deseando volver ;-)
Besos grandes <3
Insisto,no se con que objetivo haces las fotos,pero me resultan de lo mas evocadoras.. seguro que lo has disfrutado.. Un fuerte abrazo :)
ResponderEliminarPues te diré que desde el año pasado que me compré el iPhone X no he vuelto a llevar la cámara a los viajes, Elena. Este móvil hace unas fotos de gran calidad y tiene una opción para conseguir efecto bokeh (por eso me lo compré) aunque lógicamente no se consigue la perfección que da la reflex pero resulta más cómodo de llevar y utilizar cuando estás en la calle;-)
EliminarMe alegra mucho que te guste. Un gran abrazo también para ti, mi estimada <3
Imagens do meu Portugal no seu melhor:) Besitos!
ResponderEliminarSou um amante do seu país, Manuela, que é tão parecido e tão diferente do meu <3
EliminarBeijinhos!
Hermosos viñedos Piola y muy bella excursión, vivo entre viñas italianas, pero estos viñedos situados entre estos paisajes llenos de verde tienen lo propio, además la belleza de los terreros escarpados los distingue
ResponderEliminarAbrazos
Puedo imaginar igualmente la belleza de los afamados viñedos italianos, Eli, yo soy de La Mancha e igualmente allí los campos están llenos de viñas. Pero es cierto que este paisaje escarpado de la cuenca del Duero les da un toque especial.
EliminarBesos <3
Me encanta ir de bodegas. Sierpe aprendo cosas nuevas y el paisaje es lo más
ResponderEliminarbesos
Es realmente espectacular esa zona de la ribera del Duero y la experiencia de la bodega me resultó de lo más interesante.
EliminarBesos <3
PRECIOSOS PASEOS!!!
ResponderEliminarUN OS LUGARES PRECIOSOS.
SALUDITOS
Muchas gracias por acompañarme, Alicia <3
EliminarBesos
Excelente reportaje. Gracias por enseñarnos tantas cosas interesantes.
ResponderEliminarUn beso.
Olga
Muchas gracias a ti por acompañarme, Olga <3
EliminarBesos
Thank you very much for your kindly and motivating comment, Agnes 🙏🙏
ResponderEliminarPRECIOSO LUGAR.
ResponderEliminarUNAS FOTOS HERMOSAS.
SALUDITOS
Muchas gracias ¡Me alegra que te gusten!!!
EliminarBesos <3
¡Buen post! Los vinos son mucho más que una bebida. Son una expresión de la cultura y la tradición. Ofrecen una experiencia sensorial única que combina sabor, aroma y textura. Además, los vinos pueden acompañar una amplia gama de platos, lo que los convierte en elementos clave en la gastronomía y la convivencia social.
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