Tailandia es conocida por sus numerosos mercados, algunos de ellos muy
curiosos, casi surrealistas, como dos de los que hoy muestro.
Se encuentran en la provincia de Bangkok, aproximadamente a una hora en
coche de la capital, y su visita es imprescindible si queremos hacernos una
idea de la forma de vida del pueblo tailandés.
El primero que nosotros visitamos fue el mercado sobre las vías del tren
en Mae Klong.
Se trata de un mercado de alimentos situado en un tramo de calle por la que
pasa el tren ocho veces al día.
Parte de los puestos ocupan la propia vía por lo que, cuando suena la bocina,
los vendedores retiran toldos y artículos de las vías lo justo para que el tren
pueda pasar.
Si a ello añadimos compradores y turistas la situación es realmente
alucinante.
Todo ocurre en cuestión de segundos y mejor si lo veis con vuestros
propios ojos en el vídeo que grabamos: ¡seguro que os quedáis con la
boca abierta!
Parece ser que las vías del tren fueron puestas a principios del siglo XX
en esta calle, dedicada desde siempre a mercado, y los vendedores se
negaron a cambiarlo de sitio.
En las calles aledañas, más anchas y sin tren, se han ido añadiendo
puestos de comida, souvenirs... de manera que la población muestra
bastante bullicio y movimiento, como una pequeña Bangkok en miniatura
donde no podían faltar esas instalaciones de cableados imposibles típicas
de toda Tailandia.
Aquí los tuk tuk no están motorizados, son tipo bicicleta.
En todo este caos, una bellísima señora vendiendo flores y frutas en cestas.
Fijaos en ese inmenso ramo de flores de loto y en la mirada calma y elegante
de la vendedora.
Es la imagen que quiero guardar de este lugar.
Dejamos este curioso lugar para dirigirnos al mercado flotante de
Amphawa, aunque antes hicimos parada en una fábrica de cocos.
Allí pudimos ver el proceso para extraer del coco todo tipo de productos y
artículos: alimentarios, cosméticos y objetos de menaje como algunos de
También tenían un invernadero de orquídeas donde podría haberme
pasado toda la mañana.
Después nos dirigimos al mercado flotante de Amphawa.
Recorrimos los canales de este pueblo en una canoa motorizada, aunque
si llego a saberlo hubiéramos elegido una canoa de remos. Parece ser que
los turistas gustan de la velocidad y los "deportes de riesgo", jaleando al
conductor de la canoa cuando toma algo de velocidad o apurando la
distancia con las orillas, de manera que éstos han convertido lo que
debía haber sido un relajante paseo zen en una incomodísima y
ridícula carrera.
Me molestó bastante porque no tenía sentido y porque el combustible de
malísima calidad ensuciaba el aire (tuvimos que ponernos un pañuelo en
algunas ocasiones) y, por supuesto, el agua.
Fue el único momento del viaje en el que me pillé un gran rebote con mis
amigos y Javier porque ellos también jaleaban. No entiendo que el turismo
acabe convirtiendo un espacio calmo en un parque de atracciones y encima
contamine el medio ambiente, destruyendo a la larga un espacio natural
tan maravilloso.
El paseo acababa al llegar al mercado y aquí la aglomeración es ya
inimaginable.
Este mercado flotante, que existe desde mediados del siglo XVIII, ha pasado
de ser un lugar donde comercializar frutas y verduras a convertirse en una
atracción turística como el resto de los mercados flotantes tailandeses,
aunque al menos Amphawa atrae también turismo local por lo que no
ha perdido del todo autenticidad.
También aquí, además de la comida que los autóctonos cocinan en las propias
canoas, se venden souvenirs, imitaciones y muchas curiosidades. Es frecuente
incluso que te ofrezcan hacerte una fotografía con serpientes o lemures.
No sólo el entorno ambiental se ve afectado por el turismo masificado,
también la fauna parece ser utilizada y resulta penoso.
Pero aún existen pequeños espacios tranquilos y bellísimos donde
imaginar el país calmo que esperaba encontrar.
Frutas exóticas y de tamaño espectacular se encuentran por todos lados,
no sólo en los puestos del mercado, también en los árboles.
Disfrutar de un tentempié refrescante y saludable, como el agua de coco
verde o todo tipo de batidos naturales a precios más que asequibles es uno
de los placeres que este país ofrece en cualquier lugar y que echaré realmente
de menos.
Bueno por partes...Las fotos espectaculares y lo que nos cuentas de los mercados no puede ser mas interesante...Me he sonreido al leer lo de los cables de la luz...Aqui es exactamente igual,una maraña imposible en cada esquina...Y las frutas exoticas gigantescas..Toda una maravilla...Espero con ganas la proxima entrega...Un besazo
ResponderEliminar¡Buenos días, Piola! EL vídeo del tren pasando por el mercado ya nos había dejado sin palabras cuando lo vimos en tu Instagram... ¡Qué situación tan impensable en nuestra cultura! Pero todo en ese país es tan diferente y fascinante... Magnífico reportaje sobre los mercados y sobre la idiosincrasia de un pueblo que tenemos muchísimas ganas de conocer.
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Magnífico reportaje, me ha encantado todo, especialmente la foto de la guapísima señora. Los cableados me han recordado mucho a las calles de Damasco... Un saludo cariñoso.
ResponderEliminarQué lugar tan increíble, me ha sorprendido un motón lo de las vías de tren!! Unas fotos súper inspiradoras, gracias Piola!!
ResponderEliminarEs como si hubiese ido ya, con tu relato Piola, increible lugar!!, lo de el tren me ha dejado flipada, cada 8 horas!!!
ResponderEliminarBss
Qué bueno Piola lo del mercado en las vías del tren, increíble!! En el mercado flotante sí que estuve y los describes a la perfección!!
ResponderEliminarBsts guapa y feliz finde
Había oído hablar del mercado sobre las vías del tren e incluso visto vídeos (¡alucinante!) y es casi imposible pensar en Tailandia y que no se te venga a la mente la imagen de esas canoas y los vendedores que las manejan. Pero experimentarlo en vivo debe ser inolvidable.
ResponderEliminarPor cierto, a mi también me espanta la capacidad de los seres humanos de comportarse como cretinos y de la falta de respeto hacia el resto de seres vivos con los que compartimos el planeta.
Me habían contado del mercado sobre las vías del tren pero viendo tu video paso de la categoría interesante a alucinante! Parece mentira que el tren pase tan cerca de la gente y la mercadería (sin decir por arriba! de los productos). Hay de todo en este mundo, no Piola?? Parece que ni el mercado flotante se salva de la rush hour, por dios que locura. Te confieso que solo en fotos recorro esta parte del mundo, a pesar de tener invitaciones, siempre me niego. Mi fobia total a los reptiles me impiden ni siquiera imahiname visitar semejantes lugares. Yo los visito gracias a tu cámara, pero al momento de sacar pasajes uno a Madrid no me vendría nada mal. El Cavaglieri ya anda haciendo planes para volver a España le sumaremos Italia y no me tendre que preocupar por boas enroscadas en los cuellos de nadie!!! jajajaja
ResponderEliminarLo del mercado de las vías del tren me dejó asombrada, pero el mercado flotante siempre me pareció maravilloso, caótico, pero maravilloso, todas esas películas que nos lo muestran y ahora tus bellas fotos, qué ganas de pasearme por allí! una belleza. Besos
ResponderEliminarMe ha encantado el post por un momento parecía que estuviera allí mismo!!! Un magnífico reportaje y preciosas fotos!!
ResponderEliminarBesotes de R&i.
Belissimas imagens!! Uma reportagem fantástica, que adorei:)
ResponderEliminarBesitos, Manuela
Qué maravilla de reportaje!!! Colorido y sensaciones a raudales. Siempre he querido visitar estos mercados,y ahora con mayor motivo.
ResponderEliminarGracias por compartir esta increíble experiencia. Ha sido fantástico.
El vídeo estremecedor, madre mía!
Un beso fuerte. Feliz semana.