Para la buena suerte

No soy nada fetichista ni supersticiosa.

No creo que la buena suerte pueda venir dada por un objeto o sujeto

al que se le otorga propiedades milagrosas. En ésto gana mi parte racional y

seguramente también influya mi formación como arqueóloga: cuando en una

excavación se desconoce el significado de un objeto o resulta curiosa su

disposición, frecuentemente se recurre a la explicación "elemento ritual,

ceremonial, apotropaico...".

¡Vamos, que no se tiene ni idea!
Porque normalmente el ser humano a lo largo de la historia y en todas las
culturas ha inventado u otorgado poderes a ciertos materiales, seres,
prácticas o elementos.

Es una necesidad humana y la respeto, yo misma puedo recurrir al pensamiento

mágico en ciertas situaciones, pero siempre consciente que se trata más de un

anhelo, un deseo, que de una realidad.

Reconozco, además, que me atrae la estética inspirada en la etnología y la

antropología, lo que ahora llamamos estilo étnico o boho: mandalas,

atrapasueños, símbolos tribales... Y sé que no soy la única puesto que

es tendencia.

Esta vuelta a los orígenes tiene un explicación lógica en un mundo como el

actual saturado de nuevas tecnologías, muchos cambios y demasiado rápidos.

Recuperar viejos símbolos cercanos a la vida natural nos hace sentir más

auténticos.

Y os preguntaréis porqué os cuento hoy todo ésto.

Pues ni más ni menos que para hablaros de unos caprichos que encargué

en una tienda online llamada For good Luck.

Es la tienda de la bloguera sueca Kristin Lagerqvist (Krickelin) y su amiga

Miranda: ellas viajan a países exóticos en busca de pequeños tesoros de

inspiración étnica (una parte de lo que recaudan con ello revierte en ayudar

a orfanatos de aquellos países), además de encargar piezas especiales para

su firma a artesanos locales suecos y vender series limitadas de impresiones

de algunas fotografías de Kristin.

Hace poco he iniciado una colección de fotografías e impresiones fotográficas de

autor que quiero enmarcar para decorar una pared del salón y llevaba mucho

tiempo queriendo una de Kristin. Cuando sacó su "Be Brave", con una pequeña

en un malecón sobre un mar Báltico bravío y un carguero al fondo, no dudé en

pedírmela y ya de paso hacerme también con una de sus preciosas tazas

tamaño XL e incienso en unos tonos verde y azul muy Krickelin.

Mir y Kristin me enviaron, además, una pulsera para la buena suerte con un

ojo turco y otros pequeños colgantes con símbolos: ¡gracias chicas!

Por cierto, mañana es la lotería de Navidad.

¿Quién dice que no me vaya a poner la pulserita de la buena suerte y me tome

una infusión en mi taza For Good Luck mientras veo el sorteo?

En realidad me iba a servir de bien poco porque nunca echo a la lotería.

Aunque... quizás Javier que lleva medio décimo ;-)

Y vosotros, ¿creéis en la buena suerte?