Modo vacaciones

El miércoles pasado comenzaba mis vacaciones de verano y hemos pasado unos

días en casa de mis padres disfrutando de la familia e intentado aliviar el calor

extremo que estamos pasando con chapuzones en la piscina y alimentación

fresquita y saludable.

No recuerdo un verano con una ola de calor tan larga como la de este año y

aunque me había propuesto hacer un cambio en los muebles de mi cuarto,

como os comentaba aquí, decidí dejarlo para la vuelta de nuestro viaje de

verano a la espera de que el tiempo resulte más propicio.

El único DIY que me he atrevido a acometer durante estos días ha sido

cortar los flecos de uno de los dos bikinis que compré para esta temporada.

Me gustaron dos modelos, uno por su agradable color mint y el otro por el

degradé de los tonos. No sabía por cuál decidirme y como estaban muy bien

de precio me traje ambos, aunque tanto fleco me resultaba agobiante por

lo que decidí eliminarlos de uno de ellos.

Creo que resultó una decisión acertada.

Buscando nuevos sabores descubrí una fruta rica y exótica que viene

envuelta en un precioso caparazón de hojas: physalis.

Se puede consumir tal cual y es muy utilizada en repostería, mermeladas,

zumos, helados, incluso en salsas para carnes o ensaladas, así como para

la decoración de platos.

Yo la he tomado tal cual y también añadido a mousses y batidos

acompañada de frutos rojos.

¿La conocíais?

Mañana Javier y yo saldremos a nuestro esperado viaje de verano en el

que nos pondremos totalmente en modo vacaciones.

Durante tres semanas intentaremos desconectar al máximo y

daremos un pequeño descanso al blog.

Un descanso necesario para recargar pilas, regresar con fuerzas y

en mi caso volver llena de inspiración renovada.

Aunque será un destino con mar, muchísimo mar, no habrá playa, no al

menos en el sentido esperado de arena y baños de mar y sol.

En nuestra indecisión de última hora y seguramente influidos por el calor

sofocante, hemos elegido un destino septentrional, tanto que atravesaremos

el Círculo Polar Ártico.

Aunque nunca me han gustado los viajes organizados y la idea de un crucero

no entraba en mis planes, este año haremos uno por la costa noruega,

disfrutando de la maravillosa visión de los fiordos y llegando a las islas

Svalbard situadas al norte del círculo polar.

Un destino tranquilo para dedicar a la contemplación, la fotografía, la
aproximación al mundo nórdico, la lectura y la experiencia de vivir
durante más de dos semanas en una ciudad flotante.

Una pena que no podamos divisar alguna aurora boreal, visibles sólo
en noches de invierno. A cambio, disfrutaremos del sol de medianoche
una vez estemos al norte del círculo polar ártico.

Lo que es seguro que no pasaremos calor y volveremos quejándonos
del frío, aunque en estos momentos nos parezca imposible.

Ya os contaré a la vuelta y hasta entonces desearos un fantástico verano
(invierno si estáis en otras latitudes) y agradeceros siempre vuestras
visitas y motivadores comentarios.

¡Nos leemos a la vuelta!