Tiempo de entreguerras

Boudoir inspirado en el periodo de entreguerras donde el espejo 

procedente de un aplique de pared de los años 30 es la 

pieza central a la que se unen objetos antiguos como 

el cepillo con mango de asta.

Jabones, cosméticos y perfumes actuales completan un 

tocador en el que la evocación al mundo oriental, exótico y sensual, 

está presente también en las fotografías de la pared y en los 

libros de pintura y caligrafía china.

El violonchelo acerca los sonidos de Extremo Oriente a través de las 

notas extraídas por las delicadas manos de Yo-yo ma 

interpretando el tema principal de la película Memorias de una Geisha.

Fotografías y reportaje motivados por María de Tránsito inicial
para Singulares Magazine,

a quien he querido emular en la descripción del post y 

a quien reitero mi agradecimiento y admiración.

Gracias a Kristin de Krickelin porque su bata me hizo recordar 

este albornoz/kimono que tenía olvidado y que inició la maquinaria 

de la ambientación.

A mi hermana por prestarme el maravilloso espejo.

A mi compañero Pedro por regalarme el antiguo frasco de laboratorio, 

objeto de la ciencia de Ramón y Cajal, que llené de leve plumón.

Y desde luego, a mi querida Cris a la que tuve que recurrir 

para apretar el botón de la cámara cuando el disparo programado 

se negaba a entregarme el encuadre que buscaba. Gracias a ella 

he descubierto que el mundo del cine se ha librado de una exigente 

y gruñona "directora".