Una vieja puerta de valla de jardín nos ha servido para colgar dos niditos, uno gris y otro crudo, realizados con cordón de algodón por un artesano del barrio de Tetuán.
Llenos de flores y apoyando la valla en la pared, el resultado nos parece encantador.
¿No creéis?
Una genial idea!!
ResponderEliminarUna valla dentro de casa, jeje, y el toque final con los nidos queda muy bonito ;O)
Saludos!
http://durabilite.blogspot.com/
Lo cierto, Laura, es que la puerta de la valla llevaba dos veranos dando tumbos por el jardín pues los niños han creciddo y ya no necesitábamos salvaguardar la piscina. Pero sólo hace unas semanas que me enamoró el aspecto envejecido que había adquirido con el tiempo y la exposición al exterior. Enseguida pensé en darle un nuevo uso decorativo en el interior... Como dices de ti misma en tu último post, mi cabeza está siempre ideando. Besotes desde Madrid.
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