El turismo rural es una opción de ocio en alza. A la necesidad de reencontrarnos con la naturaleza y la vida sencilla, se añade una oferta de casas cada vez más cuidadas, tanto en comodidad como en estética.
Hemos descubierto una pequeña joya en un pueblecito de Teruel, El Poyo del Cid. Se trata de La casa del herrero, un antiguo pajar convertido en preciosa casita rural mediante una excelente restauración. Su mimada decoración la convierte en cálida y acogedora, a lo que también contribuye la chimenea y la potente calefacción. Pero, además, están los pequeños detalles que te hacen sentir cuidada y bien acogida. Como los jabones de sosa elaborados de manera artesanal por las propietarias, en forma de tartaletas y coquetamente envueltos, formando un centro de mesa a nuestra llegada. O como el hecho de ofrecerse para traernos “la lista de la compra” del supermercado de la localidad vecina.
De no ser por el encanto del pueblo y los alrededores, nos hubiéramos encerrado a disfrutar de la buena compañía en este nidito tan acogedor.
Fotos: Onix-Strellonix
Dan ganas de sentarse delante de la chimenea. Para que luego digan que no existen rincones bellos sobretodo en Teruel, que también existe. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a ti. Ya sabes...
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