Siguiendo la carretera de la costa californiana, bajando de San Francisco a
Los Ángeles, entre Monterey y Carmel, descubrimos un lugar de ensueño
en la población de Pacific Grove: el faro "Point Pinos".
Es el faro más antiguo de los que operan en la Costa Oeste norteamericana.
El edificio, lentes y prismas en este faro son todos originales y
sigue estando activo.
Construido en 1855, Point Pinos no sólo fue una construcción de gran
ayuda a la navegación, sino que se convirtió en un activo centro social.
Robert Louis Stevenson escribió sobre la hospitalidad de su farero de
ayuda a la navegación, sino que se convirtió en un activo centro social.
Robert Louis Stevenson escribió sobre la hospitalidad de su farero de
entonces, Allan Luce.
El faro se puede visitar por dentro.
Las amables señoras encargadas del edificio, al comentarles que éramos
españoles, mostraron gran admiración y conocimiento de nuestra antigua
españoles, mostraron gran admiración y conocimiento de nuestra antigua
y valiosa Torre de Hércules (La Coruña), el único faro romano y el
más antiguo en funcionamiento del mundo.
El interior de Point Pinos es encantador y está decorado con muebles
y objetos de la época en que fue construido.
El exterior es maravilloso, con el Pacífico en un azul imposible y
las extrañas formas que el viento ha esculpido en los pinos de Monterey.
Pero, sin duda, lo que más nos impactó fue un rinconcito que aúna
exterior e interior, el ventanal central de vigilancia en la segunda planta.
Todo parecía estar dispuesto para recibir al farero: la pluma y
los anteojos sobre el diario de Bitácora, la taza en porcelana de Delft
y el juego de te en plata, un quinqué para encender cuando la luz del
día fuera insuficiente, la rosa recién cortada...
Fue la única fotografía que tomamos del interior
pero en ella se aúna toda la esencia de este maravilloso lugar.
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